Todas las gaviotas son unas ladronas. O eso es lo que afirmaba mi padre. Tanto fue así, que se
convirtió en su única preocupación.
«Son sucias, hostiles y sin ninguna habilidad más que la de volar hasta el vertedero más cercano
para rapiñar lo que encuentren», decía.
Se jactó tanto de sus afirmaciones que un día despertó convertido en gaviota y desde entonces
no he vuelto a saber de él.
Yo, por si acaso, siempre llevo un poco de pan conmigo. Si alguien se encuentra con él, salúdenlo
de mi parte. Díganle que su hija no le olvida.
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Nov 23, 2023
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